sábado, 24 de marzo de 2018

UN BUEN PROYECTO DE GESTIÓN PARTE DE UN DIAGNÓSTICO EFECTIVO Y PERTINENTE.


Soy subdirectora de secundaria, curso un “Programa de Formación para el Personal con Funciones de Dirección” de CIFE, el cual ha traído varias aportaciones en mi formación como directiva. Una de ellas, ha sido que para la realización de un buen Proyecto de Gestión es necesario partir de los resultados de un buen diagnóstico. Es por eso, que los instrumentos que se apliquen para dicho diagnóstico deben ser pertinentes y concretos sobre la información que queremos conocer. Pero ¿qué queremos conocer? Durante el curso presencial los directivos contestamos diversas respuestas con base a nuestra práctica actual, sin embargo, el asesor nos hizo énfasis en los nuevos roles del director con base al Nuevo Modelo Educativo 2018, donde una de nuestras principales tareas directivas es la de evaluar las prácticas pedagógicas, pues se requiere que las escuelas se transformen en sociedades del conocimiento. Si bien, no es una nueva aportación del nuevo plan de estudios que el director evalúe y acompañe las prácticas pedagógicas de sus docentes, pues es una actividad que desde los planes de estudio anteriores ya se incluía, pues es un énfasis que fue fruto del cambio del enfoque tradicionalista al de la escuela nueva. Lo que sí es nuevo, al menos para un gran número de directivos es llevarlo a la práctica, pues las actividades del director versan en el cumplimiento administrativo y a la realización de actividades impuestas por la comunidad y las autoridades educativas.

Otra de las aportaciones del curso, ha sido la de centrar el Proyecto de Gestión en la evaluación y acompañamiento de las prácticas pedagógicas para la mejora de los aprendizajes de los alumnos de nuestras escuelas y, por ende, mejorar los indicadores educativos, la calidad de vida, etc. Lo anterior, con base en el enfoque socio formativo, pues nos brinda los elementos necesarios para llevarlo a cabo.

El CIFE, a través de su plataforma on-line, nos proporcionó a los directores instrumentos para la elaboración del diagnóstico, los cuales están validados a nivel nacional. La aplicación de dichos instrumentos implica una serie de cuestionarios al director y a cada uno de sus docentes, donde no sólo incluyen las prácticas pedagógicas, que de acuerdo con el enfoque socio formativo son diez, sino que, además, integra cuestionarios sobre datos personales, satisfacción en el trabajo, autoestima y motivación, uso de TIC, aspectos de nuestra vida cotidiana, etc., pues, son factores que convergen en el área laboral, dado que si uno tiene plenitud personal se verá reflejado en nuestro desempeño profesional.

Anteriormente, había diseñado, en lo personal y en colegiado, instrumentos para la elaboración de diagnósticos necesarios en mi función directiva. Sin embargo, los propuestos por CIFE, han sido una nueva experiencia, pues incluyen aspectos que no habíamos considerado. Me parece muy acertado el enfoque holístico que propone la socio formación, pues, a veces, consideramos el trabajo de gestión directiva como algo aislado del resto de las actividades de la escuela o el trabajo del CTE como algo independiente del trabajo aúlico y de dirección o las actividades de la escuela como un ente separado de la comunidad.

Los instrumentos aplicados a los docentes y el que yo resolví, no sólo tienen la intención de obtener información para elaborar un informe, sino que al contestarlos nos van guiando a una autorreflexión de las actividades que hacemos en nuestras funciones, las que hacemos mal, las que dejamos de hacer y/o las que tenemos que hacer, no sólo por el mero cumplimiento de nuestro trabajo sino por el compromiso que tenemos en la formación de los estudiantes y en que ellos logren los aprendizajes esperados, hecho que nos recuerda la razón de ser maestros y/o directivos, que nos lleva a revivir la vocación que nos llevó a esta profesión y que, desafortunadamente con la práctica diaria se torna en el cumplimiento de aspectos administrativos por parte del director, autoridades educativas y del sistema educativo en sí.

Considero que el Nuevo Modelo Educativo no propone nuevas funciones para el rol del director, pero si propone llevarlas a la práctica como parte de nuestras actividades. Sería una verdadera novedad que los directivos nos centráramos en las prácticas pedagógicas y en transformar nuestras escuelas en entes de conocimiento a través del liderazgo del colegiado docente y demás actores educativos. Para ello, es pertinente una buena organización, coordinación, planeación y seguimiento de todas y cada una de las funciones que tenemos que cumplir, dejando de lado la vieja práctica de sólo tener agenda para el cumplimiento administrativo.

Lo anterior implica un gran reto para los directores hoy en día, es por eso, que es necesario capacitarnos, pero sobre todo desarrollar las competencias necesarias para esta tarea. Considero que la capacidad y el entusiasmo, son dos de las muchas virtudes que poseen mis compañeros directores para llevar a cabo dicha proeza.

Esperemos continuar con capacitaciones por parte de nuestras autoridades como las de CIFE, pues son el acompañamiento pertinente que se necesita para la transformación directiva, pues las “ganas” ya las tenemos. Ya sólo faltaría complementar con capacitaciones ad hoc de los docentes, supervisores y autoridades educativas; para los primeros para trabajar en colaborativo para la transformación del centro escolar; de los últimos, para que no nos saturen de actividades administrativas.




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